viernes, 20 de agosto de 2010

Niebla, chipi chipi y Aroma de café





Recolección de café
Llegábamos corriendo por la casa nuestros pasos y algarabía se unían bulliciosamente con las pisadas del piso de madera que dan de la entrada a la cocina.
Era momento de obedecer a la abuela que inmediatamente no daba ordenes de ir al jardín trasero a recolectar los granos de café rojos. El calor húmedo aumentaba conforme transcurría el día así que a media tarde todo era sudor y pieles rojas.
Después colocaba unas hojas de papel periódico sobre el pasto, para dejar en ese patio trasero la humedad y color rojo que el sol y el viento secaban.
Para la tarde noche era momento de dormir, sobre también paginas de periódico y sabanas de multitud de colores que con el tiempo entendí eran retazos de telas que mi abuela unía por costumbre de tiempos remotos ella decía que si yo dejaba un hilo sin coser en este tiempo de vida, cuando yo muriera iba a regresar a recoger. Así que la advertencia estaba dada.

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